jueves, 5 de noviembre de 2009

La Ley se parece al amor

La Ley, dicen los jardineros, se parece al sol,
la Ley es lo único
que todos los jardineros obedecen,
mañana, ayer y hoy.

La Ley es la sabiduría del anciano,
la débil regañina del abuelo impotente;
los nietos le enseñan su lengua atiplada,
la Ley son los sentidos de los jóvenes.

La Ley, dice el cura con mirada sacerdotal
explicándola a una gente poco piadosa,
la Ley son las palabras de mi misal,
la Ley son mi púlpito y mi campanario.
La Ley, dice el juez mientras mira hacia abajo,
hablando con claridad y con severidad,
la Ley es lo que antes os he dicho,
supongo que ya sabéis qué es la Ley,
pero dejadme que lo explique una vez más:
la Ley es la Ley.

Sin embargo, los eruditos que cumplen la Ley
escriben que esta no es mala ni buena,
la Ley sólo son crímenes
castigados por los lugares y las épocas,
la Ley es como la ropa de la gente
en cualquier lugar y época,
la Ley es Buenos días y Buenas noches.

Otros dicen que la Ley es nuestro destino;
otros dicen que la Ley es nuestro Estado;
otros dicen y dicen
que ya no hay Ley,
que se ha terminado.

Y siempre la multitud enfadada,
muy enfadada y ruidosa,
la Ley somos Nosotros,
y siempre el tonto y baboso Yo.

Amigo, si nosotros sabemos que ya no
sabemos más de la Ley que los demás,
si yo no sé más que tú
lo que debemos hacer y lo que no,
salvo lo que todos aceptan
de buena o de mala gana,
o sea, que la Ley existe,
y que todos los saben,
y si por ello es absurdo
identificar la Ley con otra palabra,
a diferencia de tantos hombres
no puedo repetir que la Ley existe,
e igual que ellos tampoco debemos reprimir
el deseo universal de conocerla
o abandonar nuestra posición
por la simple despreocupación.
Aunque al menos puedo reducir
tu vanidad y la mía
a decir con timidez
que existe una vaga similitud,
en todo caso diremos con orgullo:
se parece al amor.

Al amor que nunca sabemos dónde ni cómo,
al amor que no podemos dominar ni liberar,
al amor que a veces nos hace llorar,
al amor que casi nunca cumplimos.

W. H. Auden, 1939.


Por favor lean la versión original que es muy superior a esta traducción que encontre por ahí:

http://www.boothill.ca/goatwrrld/w_h_auden.html




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